ECOS DEL MIÉRCOLES DE CENIZA

Resultado de imagen de conversión“Vestirnos de saco y ceniza”. Esta era una forma de expresar el arrepentimiento, el duelo y la conversón, en algunos pueblos de la antigüedad, en concreto, del Antiguo Testamento. Recordemos, por ejemplo, la conversión de la ciudad pecadora de Nínive, ante la predicación del profeta Jonás.

¡A mí me parece que vestirse de saco y ceniza, en sentido espiritual, es el uniforme de la Cuaresma!

Y es que el Miércoles de Ceniza se nos hace un anuncio muy importante y alegre: ¡Dentro de cuarenta días, celebraremos la Pascua! Y esta, como sabemos, es la fiesta más importante y gozosa del año.

¡Y hay que prepararla bien! Una fiesta que no se prepara, o no se celebra, o se celebra mal. ¡Y eso es lo que sucede con las celebraciones de la Semana Santa y, en concreto, de la Pascua y T. Pascual! Que una gran mayoría de cristianos no la celebra, y que otro alto porcentaje la celebra mal.

Y los que nos esforzamos por hacerlo bien, hemos de centrarnos en el don de la gracia, que nos brinda el Señor y en todas las consecuencias prácticas que este misterio trae a nuestra vida, en lo personal y en lo comunitario.

Me parece que este, el Miércoles de Ceniza, día deberíamos realizar una doble mirada: A la Pascua y a nosotros mismos. Al mirar a la Pascua, contemplamos el Misterio central de nuestra fe: La Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Al mirarnos a nosotros, nos vemos, partícipes de este Misterio, del Misterio Pascual, por el Bautismo y los demás sacramentos y miembros de la Iglesia, que nace de este acontecimiento salvador.

Como consecuencia inmediata de esta doble mirada, descubrimos la necesidad de la conversión, de un cambio en nuestra vida. ¿Quién puede decir, en efecto, que todo esto lo vive con perfección, en plenitud?

Por eso, le pedimos al Señor, que en todo este Tiempo de Cuaresma nos mantengamos “en espíritu de conversión”, que es más que una simple conversión rutinaria, para “cumplir con la Cuaresma”; y ya sabemos que una de las fórmulas de la imposición de la ceniza es “Convertíos y creed el Evangelio”.

Con este anhelo de conversión comenzamos hoy este Santo Tiempo, “vistiéndonos de saco y ceniza”, siguiendo la Liturgia del día.

Hay mucho interés y devoción entre la gente de recibir hoy la ceniza. Es necesario ayudarles a comprender que sin conocer y asumir su significado de arrepentimiento y conversión, no tiene sentido recibirla como un rito vacío, como una mera práctica tradicional o cultural carente de contenido.

Y, como decía al principio, nuestra comprensión y vivencia del rito debe ser tal que, constituya como nuestro “uniforme de Cuaresma”. Es lo que se expresa en las lecturas del día:

La primera lectura llama a la conversión a todo el pueblo de Dios: “Tocad la trompeta en Sión, proclamad el ayuno, convocad la reunión, congregad al pueblo, santificad la asamblea, reunid a los ancianos, congregad a los muchachos y niños de pecho…”

S. Pablo nos advierte, en la segunda, que todo esto es un gran don de Dios. Y “no podemos echar en saco roto la gracia de Dios”, porque “ahora es el tiempo de la gracia; ahora es el día de la salvación”. Al mismo tiempo, nos anuncia la alegre noticia de “la reconciliación con Dios y con la Iglesia”, a la que también ofendemos con nuestros pecados. Y es que sabe el Señor que somos perezosos muchas veces, a la hora de recibir este Sacramento.

El Evangelio nos presenta la conversión en positivo. Y responde a esta pregunta fundamental: ¿Qué tenemos que hacer en la Cuaresma? Y se nos responde: “La práctica de la justicia”, que se expresa, en concreto, en “la limosna, la oración y el ayuno”, siguiendo el orden del texto. Son prácticas que tenemos que hacer de cara a Dios, y no para que las vean los hombres. De lo contrario, nos dice el Señor: “Ya han recibido su paga”.

¡Y porque la Cuaresma es todo esto, es tiempo primavera espiritual, es tiempo de esperanza!

¡BUENA Y SANTA CUARESMA!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Celebración del Día de los Abuelos (Valle Guerra 2024)

Al terminar esta fiesta, te damos gracias, Señor, por los bienes recibidos como regalo de tu amor. Te pedimos, debido a nuestra debilidad, q...