ENCUENTRO NACIONAL DE PRESIDENTES DE VIDA ASCENDENTE




La formación en Vida Ascendente. Encuentro Marzo 2017


      LA FORMACIÓN EN VIDA ASCENDENTE   1 
INTRODUCCIÓN   2
Nos encontramos inmersos, desde los dos últimos Plenos, en un proceso de renovación y rejuvenecimiento del Movimiento. Este proceso afecta no sólo a los responsables en los distintos niveles, sino  a todos los miembros; no sólo al cómo (a las formas, a la metodologíay estructuras), sino al qué (al fondo, a la esencia; a lo que puso en marcha el movimiento en sus primeros momentos y que sigue vigente).
El papa Francisco sigue urgiéndonos a la alegría de evangelizar. En el hoy de nuestro mundo y de nuestra historia Vida Ascendente quiere vivir en clave de renovación y de expansión, de salida a las "periferias", para llevar a todos el mensaje del Evangelio. No podemos aplaudir las intervenciones del Papa, unirnos a sus deseos, sin cambiar nada en nuestras vidas, ni en nuestro Movimiento.     
3   Para una buena formación no son suficientes la buena intención ni los deseos. Hay que acompañar todo esto con medios y acciones que los conviertan en realidades fecundas. Hay que poner acordes deseos y comportamientos, intención y acción para que la formación sea eficaz y haga bien a quien la recibe y a quien la imparte. 
La formación que nos proponemos apunta hacia un Movimiento en renovación y expansión. Pasar del "dicho al hecho", romper inercias y rutinas, no es fácil. Pero no podemos caer en la tentación de quedarnos en "lo seguro", de movernos en lo que sabemos hacer, en terreno conocido. Se necesita un cambio de mentalidad que conlleva nuevas actitudes, nuevos planteamientos y nuevos compromisos. Es necesario coordinar esfuerzos, unificar criterios de actuación, clarificar situaciones, dar respuesta a los retos y problemas.

El hecho de que la formación se lleve a cabo en contextos muy distintos afecta al diseño y a la organización de aspectos importantes para el buen funcionamiento  del Movimiento a nivel general, en cada diócesis y en cada grupo
La planificación de la formación es una tarea amplia y compleja que requiere una toma de decisiones responsable y que debe realizarse a partir de una reflexión serena y un amplio conocimiento y análisis de la realidad. Para eso estamos aquí. No hemos venido sólo para escuchar. Hemos venido para reflexionar juntos, aportar ideas, proponer soluciones, aceptar compromisos.
Hay otra formación, no menos importante: la formación de las consiliarios en el conocimiento del Movimiento (mi impresión desde la última reunión de consiliarios es que están bastante desinformados). 
Todoestos aspectos son importantes, pero no podemos abrir muchos frentes, si no estamos en condiciones de atenderlos. Mejorar la calidad de la formación  en Vida Ascendente, y en particular la de de los responsables: presidentes, consiliarios, animadores..., exige que la Comisión Permanente señale unas pautas generales para todos los miembros y que cada una de las Comisiones Diocesanas estudie y planifique aquellas acciones y objetivos que sean más acordes con su propia realidad para lograr así una formación adecuada y eficaz paratodos. Pero todos nosotros estamos implicados
¿Qué entendemos cuando hablamos de formación?
La formación no es algo que se tiene, como quien posee un objeto, por precioso que éste sea, sino el desarrollo de lo que la persona puede llegar a ser. Por tanto no es una acumulación de conocimientos, estrategiasaprendizajes... Es un proceso que conduce al despliegue de todas las posibilidades (cognitivas, afectivas y dinámicas) de la persona
Nos decía Pedro Mari, en las V Jornadas del Mayor celebradas en Santander:  "La formación nos aporta  una visión más completa de la vida. La vejez es la etapa del equilibrio, de la sensatez, de la contemplación, de la madurez. La experiencia nos  aporta  ponderación y capacidad de relativización de los acontecimientos,  dos cualidades muy valiosas que nos permiten establecer una jerarquía de valores y adquirir el sentido auténtico de la responsabilidad".
¿ Qué  formación buscamos?
4.  Os cuento la historia significativa de un hombre que buscaba a Dios.
Éste era un hombre mayor, un mayor inquieto, que llevaba un tiempo buscando formación. Y decidió acercarse a su parroquia. Encuentra a su párroco en la sacristía y le dice:
-Señor párroco, quiero formarme, busco formación
El párroco piensa: Tengo que aprovechar…- Y le pregunta: ¿Acabas de llegar? ¿No has escuchado entonces la homilía de mi eucaristía? 
Entonces el párroco le suelta toda la homilía. El hombre, con mucha cortesía, escucha todas las palabras del párroco y, cuando acaba, se va. Pero se va triste. Así que decide ir a visitar al obispo.
Y va donde el señor obispo y le dice: -Señor obispo, quiero formarme, busco formación.
Y el obispo dice: 
“¡Qué bien! Pues, justo acabo de escribir una carta pastoral para todas las parroquias de la diócesis perfecta, genial, me ha quedado… que hasta yo estoy complacido.
Y le empieza a contar toda la carta pastoral. Y el hombre mayor ya pasó, de estar entristecido, a estar angustiado. Y, cuando sale de ver al obispo, es tanta la angustia que decide ir a visitar al Papa. 
Y va donde el Papa y le dice: -Santidad, busco formación. 
Y el Papa le dice: -“Muy bien, hijo, acabo de escribir una encíclica estupenda. Y empieza a contarle toda la encíclica. Y ya el hombre, muy educado, pero que no aguanta con tanta angustia, se pone a llorar. 
El Papa se queda como sorprendido, y le dice: -¿Pero qué te pasa, hombre? ¿He dicho algo que te ha herido?
Y dice: -Santidad, voy por todas partes diciendo que busco formación y ustedes no me devuelven más que palabras.
Y cuenta también la historia que, esa noche el párroco, el obispo y el Papa tuvieron el mismo sueño. Soñaron que atravesaban el desierto y les faltaba agua. Y tenían tanta sed… que clamaron a Dios: “Señor, envíanos agua, que nos morimos”. Y se apareció un ángel. Y ellos pensaron que era la respuesta a su plegaria. Y entonces el ángel, delante de los tres, se puso a explicarles las propiedades del agua.

Esta historia nos dice que la formación que andamos buscando no está en los sermones, ni en las encíclicas, ni en los libros, ni en las universidades, sino en el desarrollo de los talentos que el Señor nos ha dado. Está en aprender a servir, amar, gozar, hacer bien a quienes nos rodean.  Como en una semilla,  en nuestro interior, reside nuestro potencial de desarrollo, el germen de crecimiento y de plenitud.
El proceso formativo se caracteriza por una dimensión relacional con los otros y con el mundo. La capacidad de relación nos constituye en personas. No es posible una auténtica formación sin una relación; es decir, fuera de circunstancias vitales e históricas. La formación tampoco es posible fuera de un proceso de autoafirmación; es decir, sin la libre decisión del propio sujeto.
¿Cuál es el objetivo fundamental de la formación
5. La formación, en Vida Ascendente tiene como principal objetivo el descubrimiento claro y preciso de la propia vocación y la disponibilidad para vivirla en cumplimiento de la propia misión. Vida Ascendente quiere ofrecer a sus miembros un marco de referencia que ayude a orientar su vida y a vivirla en plenitud. La formación tiene también como objetivo optimizar los encuentros de grupo, orientar a los animadores para facilitar su labor.
La vida humana, en todas sus etapas, en todos sus momentos,  es una vida que se desarrolla bajo la mirada amorosa de Dios.  Dios  nos ha hecho libresnos capacita, nos impulsa y nos sostiene para que sepamos orientar nuestra vida, desarrollar nuestras capacidades  y vivir en plenitud. La responsabilidad de los mayores, tanto en el mundo como en la Iglesia, es cada vez mayor. Por eso, hoy más que nunca,  nuestra formación ha de ser sólida y permanente. 

Dimensiones y contenidos que Vida Ascendente nos propone
• Formación religiosa actualizada de acuerdo con lo que el papa, la pastoral de la Iglesia y los signos de los tiempos nos piden hoy.
• Formación humana, potenciando los valores de la persona: acogida, servicio, comprensión, compromiso, tolerancia, disponibilidad, sensibilidad, amistad...
• Formación bíblica: acercamiento a la Palabra de Dios en actitud de escucha, de oración, de búsqueda, de orientación; no para sabermás, sino para vivir mejor.
• Conocimiento del Movimiento: estructura, organización, normativa, funcionamiento, historia, misión....
• Conocimiento del mayor y la situación sociocultural en que vive.
• Conocimiento de técnicas y dinámicas de grupo (para responsables y animadores) para podar mejorar las reuniones haciéndolas más participativas, alegres, celebrativas y satisfactorias.
Nuestra tarea hoy
Ser una persona mayor activa, participativa y comprometida; ser un buscador permanente de la verdad y del bien; tener los sentidos y el corazón abiertos a las necesidades y deseos de los demás; tener el coraje y el afán de superación que nos permita vencer nuestros miedos y las dificultades y limitaciones que nos rodean; tener conciencia clara de nuestros valores, de nuestros "talentos", y del deber que tenemos de hacerlos fructificar.
Para esto necesitamos una formación permanente. Nos decía Pedro Mari, nuestro emérito Consiliario General“Nos empeñamos en dar a nuestros hijos lo que nosotros no tuvimos, y nos olvidamos de darles lo que tuvimos”. Y es que, a veces, no valoramos lo bueno, lo alegre, lo que nos hizo vivir horas felices, aventuras maravillosas. Esta es la formación más importante. Es la tarea de toda una vida. Es la mejor herencia que podemos legar 
Esta noble tarea de la formación, queridos amigos, no consiste tanto en añadir cosas de fuera. No se trata de imitar a nadie, sino de descubrir lo que llevamos dentro y sacarlo a la luz. Ser hombre auténtico, mujer auténtica, es descubrir nuestros valores (¡que los tenemos!); es poner en juego nuestras capacidades; es eliminar la vulgaridad, la mediocridad, el egoísmo, el orgulloEsa es la formación a la que debemos apuntar
.
¿Cómo conseguir la formación?  6. Vida Ascendente nos ofrece unos medios: Reuniones de grupo. Encuentros. Convivencias. Retiros... y unos materiales: Guiones. Cuadernos. Documentación...
La preparación de nuestras reuniones, la  reflexión y el estudio de los temas, son aspectos muy importantes para una buena formación; una formación que nos llene alegría y que haga renacer la ilusión, las ganas de vivir, de ser útiles, de ser personas auténticas.
Una reunión de grupo bien preparada, participativa, nos enriquece, nos abre horizontes y posibilidades. La reunión de grupo ofrece a cada uno la oportunidad deamar, comprender, escuchar, ayudar, acoger, perdonar, sonreír, consolar... son verbos que expresan acciones que nos enriquecen y que nos permiten transformar la realidad en la que nos movemos.. Y... ¿quién no puede intentar todo esto?
Una persona mayor es capaz de: 7.
• Descubrir y dar sentido a la propia vida. Buscar otros caminos y maneras de ser feliz distintos a los que nos propone la sociedad de consumo y de bienestar.
• Tomar conciencia de los propios deseos y esperanzas, posibilidades y limitaciones.
• Revisar la propia vida desde los valores del Evangelio
• Crecer en libertad y responsabilidad
• Adoptar actitudes de apertura, participación y fraternidad en lasrelaciones humanas.
• Desarrollar confianza, admiración y gratitud hacia si mismo y hacia los otros.
• Hacer una lectura profunda de la realidady preguntarse sobre mismo, sobre los acontecimientos y sobre el mundo en que vivimos.
• Desarrollar el sentido de pertenencia a la comunidad social y religiosa en las que nos movemos. Y participar  activa en la vida de ambas.
• Colaborar con los demás en la solución de problemas y necesidades según los dones y carismas que ha recibido.


¿Qué se pretende?  
Ayudar a los miembros de Vida Ascendente y  a todos los mayores a vivir mejor. ¿Cómo? Desarrollando sus cualidades y aprovechando todas las oportunidades que la vida ofrece en esta etapa. Se trata de una formación sencilla, clara y precisa; adecuada a la mentalidad y a las necesidades de los mayores y al ambiente y medio social en que éstos se desenvuelven. No se trata de aprender en libros, talleres, conferencias, o centros especializados, sino de una formación enraizada en la experiencia y en la vida personal que se proyecta en los acontecimientos de cada día.
Testimonios clarificadores  8.
El Papa Juan XXIII, en su cincuenta cumpleaños escribía esto a sus padres: “No quiero terminar este día sin una palabra especial para vosotros a quienes debo la vida… Lo que aprendí de vosotros en casa es ahora lo más precioso e importante que sostiene y da vida y calor a las demás cosas aprendidas después de tantos años de estudio y enseñanza”
¡Qué bonito!, ¿verdad?  Y, ¡qué bien nos viene este consejo a los miembros de Vida Ascendente! 
Cuenta Raúl Berzosa, obispo Ciudad Rodrigo,  que en una diócesis española el nuevo Obispo mantuvo un encuentro con el Consejo Pastoral. Todos escucharon con atención las palabras de un Obispo entusiasta y entusiasmado. Pero, al final, una persona mayor, en nombre de todos, le dijo: “Todo lo que usted nos ha dicho es muy interesante pero nos ha cogido muy viejos y cansados”.
¿Será éste el diagnóstico de nuestro Movimiento de Vida Ascendente?  Quiero pensar que no. Que somos personas… -¡mayores sí!- pero con esperanza de futuro, con ilusión por vivir y comunicar los auténticos valores. Que los de VA somos mujeres y hombres que ofrecemos nuestro servicio, nuestra entrega, nuestro tiempo. Que vivimos la realidad de la vida como lo que es: un camino de gloria y esfuerzo que nos lleva a la vida en plenitud.

Para orientarnos en nuestro camino, nos ofrecía don Raúl esta brújula singular, con los cuatro puntos cardinales bien definidos:
N.- Amor apasionado a Jesucristo. 
S.- Sentido de pertenencia a la Iglesia; a nuestras comunidades cristianas. 
E.-Formación permanente y sana espiritualidad. 
O.- Compromiso en la transformación y mejora  de nuestras realidades personales y de nuestros ámbitos sociales.
Necesitamos esa brújula que nos propone don Raúl. Necesitamos pedir con el salmista:  “Enséñanos a calcular nuestros años para que adquiramos un corazón sensato” (Sal. 90,12). Nadie pasa por la historia sin dejar huellas. Y, ¡dichosos los pasos de aquel que, con sus huellas, va marcando el camino de la felicidad a quienes lo siguen!
¡Qué bien lo plasmó esto el P. Jean Marie Patois, Consiliario europeo de Vida Ascendente, en el último escrito de su vida!: 
“Mi herencia es una llave, no para abrir una caja fuerte –yo no la tengo-. Mi llave, la mía, no sirve más que para abrir, nunca cierra: Es la llave de la felicidad. Mi credo es éste: Creo en la felicidad del hombre.

¿Qué se pretende?                                                     
Se pretende señalar el horizonte u objetivo último que no es otro que ayudar a los mayores a vivir mejor. Se trata de una formación sencilla, clara y precisa; adecuada a la mentalidad y a las necesidades de los mayores y al ambiente y medio social en que nos desenvolvemosuna formación ligada a la experiencia y a esa vida personal que se proyecta en los acontecimientos de cada día.
Formación religiosaComo Movimiento eclesial, Vida Ascendente propone una formación cristiana. Esta formación cristiana se realiza cuando la persona se da cuenta de que la fe y la vida son inseparables, cuando es consciente de la cercanía y presencia de Dios en su propia experiencia humana, cuando escucha la llamada de Dios en los acontecimientos de su vida, cuando descubre que puede responder a esta llamada y vivir de otra manera. (Y esto lo comprenden mejor los sencillos. No hace falta ser teólogos).
No se trata por tanto de ponernos al día en temas teológicos, ni de estar rabiosamente al día  en el conocimiento de los documentos de la Iglesia. Se trata de avivar y hacer crecer la fe de los mayores con todo el bagaje de experiencia acumulado en los largos años vividos y de iluminar la vida con la luz del Evangelio. "El plan eterno de Dios se nos revela a cada uno a través del desarrollo histórico de nuestra vida y de sus acontecimientos" (LG 58).
Formación humana y social.  El mayor vive en la sociedad, es ciudadano del mundo, tiene (o debe tener) conciencia clara de su propia dignidad y funciones; tiene capacidad de iniciativa; es responsable de sus derechos y de sus obligaciones. Por eso el Movimiento pide a los mayores que sean miembros activos, no sólo en la Iglesia, sino también en la sociedad. Nos pide que descubramos nuevos espacios y nuevas formas de acción y que pongamos al servicio de los demás, nuestra fe, nuestros valores, nuestro tiempo, nuestrapersona.  
. La realidad actual, marcada por tantas urgencias (nuevas formas de pobreza, discriminación marginación, soledad, intolerancia, crisis de valores...) es un reto constante que nos obliga a estar preparados (formados)  para entregarnos al servicio de los hombres, especialmente de los más pobres y necesitados.
¿Quiénes son los destinatarios?  9.
• Responsables del Movimiento: Presidentes, Consiliarios, Animadores.
• Comisión Permanente, Comisiones diocesanas, Grupos.
• Todos y cada uno de los miembros de Vida Ascendente.

¿Cuáles son los caminos que han de recorrer estos destinatarios? 10.
Son los caminos que debe recorrer toda persona que quiera vivir con dignidad: Los caminos que recorren los buscadores de la verdad, la paz y la justicia. Los caminos que recorren los que comparten la sal y el pan con los hambrientos y desheredados (un pan amasado con sacrificio, dolor y entrega) . Los caminos de los samaritanos que se arrodillan ante el abandono, las heridas, los dolores de la humanidad sufriente y devuelven la dignidad perdida a los marginados, excluidos, arrinconados, oprimidos; que limpian el rostro, enjugan lágrimas, curan heridas y acercan hasta la posada.

¿Para qué necesitamos formación?   11.
Todos andamos  buscando y poniendo nuestra esperanza en la llegada de un mundo mejoren una sociedad más justa. Es un sueño que nosotros debemos hacer realidad.  Para cultivar un jardín hay que tener buena mano. La vida, que es mucho más delicada y frágil que una flor, exige cuidado y amor, dedicación y compromiso. Cada día tiene su encanto; cada amanecer es una oportunidad que se nos brinda y en cada ocaso hacemos la ofrenda de una cosecha. 
Decía Mercedes Vila, catedrática de la universidad de Valencia, en un Pleno celebrado en El Escorial: “Los mayores tenemos que saber florecer donde Dios nos ha plantado”. Eso significa descubrir las pequeñas tareas que podemos realizar. Significa renunciar a la rutina, al pesimismo y a la mediocridad. Significa poner nuestras energías, nuestros “talentos”, al servicio de un gran objetivo: conseguir la armonía, la unión y la paz en torno nuestro..., dar sentido a nuestra vida..  12.
El papel de los presidentes y comisiones diocesanas en la formación de animadores y grupos.
• Coordinar directrices y programas.
• Fijar objetivos comunes. (orientar, estimular, proponer; no imponer).
• Formular compromisos concretos y posibles (no utópicos).
• Informar y recibir información. 
• Evaluar cómo se cumplen, o no, los objetivos.
• Ayudar a crear unas relaciones sinceras, fraternales, solidarias.
Mari Carmen y Ángel
Santander. marzo 2017.






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