Entre los ciento cincuenta cardenales que se reunieron en la Audiencia con el Papa Francisco, se encontraban también los mayores de ochenta años, y Francisco reconoció que «la mitad de nosotros estamos en la vejez, pero la vejez es la sede de la sabiduría.
Por eso los ancianos Simeón y Ana supieron reconocer a Jesús».
Y citó en alemán el verso de un poeta: «la vejez es el tiempo de la tranquilidad y la oración».
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